Comerse las uñas conlleva varios riesgos para la salud, entre ellos el aumento del riesgo de infecciones tanto en la boca como en las uñas. Aquí detallo algunas razones:
Infecciones bucales: Al morderse las uñas, se pueden introducir bacterias, virus y otros gérmenes en la boca, lo que incrementa el riesgo de infecciones en la cavidad oral. Estas pueden variar desde infecciones leves, como la inflamación de las encías o infecciones labiales, hasta infecciones más serias, como la infección por herpes labial o bacteriana
Daño en las uñas: El acto de morder las uñas puede ocasionar daños físicos, como astillamientos, roturas o desgarros. Esto debilita las uñas, haciéndolas más susceptibles a infecciones o problemas como la onicomicosis (hongos en las uñas).
3. Infecciones periungueales: La piel alrededor de las uñas, conocida como piel periungueal, también puede infectarse debido al hábito de morderse las uñas. Esto puede resultar en dolor, enrojecimiento e hinchazón alrededor de las uñas, e incluso la formación de abscesos o heridas infectadas.
4. Transmisión de enfermedades: Al llevarse las manos a la boca para morderse las uñas, se aumenta el riesgo de transmitir enfermedades, ya que las manos pueden estar contaminadas con gérmenes provenientes de superficies o personas con las que se haya tenido contacto.
El hábito de comerse las uñas no solo puede causar daños físicos a las uñas y aumentar el riesgo de infecciones en la boca y alrededor de las uñas, sino que también puede tener repercusiones en la salud mental y la autoestima. Es importante abordar este hábito no solo por razones de salud física, sino también por el bienestar general y la calidad de vida. Buscar formas de manejar el estrés y la ansiedad de manera más saludable, así como adoptar hábitos de cuidado personal alternativos, pueden ayudar a superar este hábito y promover una mejor salud en general.